La ciudad Hodonin con sus 29.000 habitantes se encuentra en el valle Dolnomoravsky lleno de vińas, 60 km al sudeste desde Brno, en la frontera entre la República Checa y Eslovaquia.
Hodonin fue fundado sobre el ańo 1030 como una parte de la fortificación contra invasiones de Hungría. Tan pronto como en 1228 Hodonin logró el estatus de ciudad. Durante las guerras husitas en el siglo 15, Hodonin perteneció a la administración de los nobles protestantes – la familia de Kunstaty y Lipa.
Durante los siglos 17 y 18 Hodonin sufrió algunas guerras y también rebeliones de siervos. Después de la abolición de la servidumbre en 1781, predominó la producción del sistema de gremios, manufacturas se desarrollaron sólo en la producción de textil. En el final del siglo 18, el
castillo de Hodonin se convirtió a una fábrica de tabaco. Otra ola del desarrollo industrial vino en el final del siglo 19 con la construcción del Ferrocarril Norte de Fernando y con la expansión general del transporte. En Hodonin se celebró tres veces la exposición económica y etnográfica.
Tomas Garrigue Masaryk (1850-1937), el primer presidente de Checoslovaquia y el profesor de filosofía en la Universidad de Carlos, nació en Hodonin. En 1905 la primera reunión entre los líderes políticos checos y eslovacos se celebró aquí.
Desde 1978 Hodonín es conocido también como un balneario, gracias a sus
fuentes de agua mineral yoda.
El distrito es atractivo por sus bonitas canciones folclóricos, bailes y costumbres populares. Hay varias tradiciones populares, diferentes en cada pueblo. El folclore se mantiene vivo en los centros más grandes con tradiciones preservadas y desarrolladas. Muy conocidas son cosechas, ferias y también una gran variedad de costumbres y tradiciones.
Símbolos de Slovacko son
grupos folclores de música y baile, el encanto de la arquitectura rural y las costumbres folclóricas coloradas y ricas – varios adornos, huevos de Pascua, figurillas hechas de hojas de maíz, madera y pajas y también muchas especialidades de la
gastronomía popular. Otro ejemplo de las tradiciones son ornamentes de colores que hasta hoy decoran las casas rurales.